sábado, 18 de abril de 2009

Asesinos por amor


Alicia no tomó la amenaza en serio, o no sospechó que esas advertencias que durante todo el día llegaban a su celular iban a ejecutarse al pie de la letra. Por eso, bromeaba entre sus compañeras de trabajo del cabaret Le Nuit, cuando les decía:
“Esta noche vienen a matarme”.

Pero luego de diez años de relación con Mario, un oscuro albañil adicto a la cocaína y con tendencias a la depresión, ella conocía su mal temperamento cuando algo lo contrariaba, por eso la madrugada del 23 de noviembre de 2007, los encargados de la puerta del cabaret ubicado entre los kilómetros 605 y 606 de la ruta 8 tenían claras indicaciones de no dejarlo entrar.

Sin embargo, las palabras de Mario se cumplieron como una sentencia inapelable: “Esta noche te mato en medio de la pista y adelante de todo el público”.

A la una de la madrugada, cuando la copera bailaba con uno de sus clientes en la pista del cabaret, un furibundo disparo cortó el aire desde el techo y dio de lleno en el cuerpo de Alicia, quien apenas alcanzó a dar un grito de dolor antes de desplomarse frente a los anonadados parroquianos que seguían boquiabiertos la escena.

Pertrechado con una carabina 22 que días antes le había prestado el dueño de la quinta que alquilaba, Mario había planificado al detalle la eliminación de su pareja, despechado porque hacía poco tiempo lo había dejado y no quería volver con él.

Se trepó desde las construcciones aledañas hasta ubicarse en el techo del cabaret.
Allí, tendió una frazada junto a un caño de ventilación, desde donde podía verse parte de la pista de baile. Entonces, esperó hasta que la mujer se transformó en un blanco y disparó.

Mario escapó, pero el arma fue encontrada en medio de unos pastizales, a metros de donde había apretado el gatillo. Finalmente fue capturado y llevado esposado en espera del juicio que le sobrevendrìa.

La confesión

Ayer comenzó el juicio en el que el autor del crimen es acusado de homicidio agravado por el uso de arma de fuego.

Vestido con ropa deportiva, Mario parecía algo sedado y varias veces bostezó cuando le hablaba a la jueza Virginia Emma. Las pastillas tranquilizantes que le suministran en la cárcel para mitigar su adicción a las drogas y para combatir su insomnio, parecían prolongar su efecto, cerca del mediodía.

En esas condiciones, Mario pidió ponerse de pie y soltó su confesión: “Me hago cargo del hecho. Estoy muy arrepentido, por eso le pido disculpas a Dios y a los familiares de Alicia”, dijo dirigiendo la mirada hacia los asientos donde estaba el público.

De inmediato, agregó: “Yo estaba muy enamorado de Alicia, por eso hice lo que hice”.
Su abogado, el asesor letrado René Bosio, pidió entonces que el juicio sea abreviado, es decir, que no se citen a los testigos de la causa y que el fiscal, considere su confesión y pida una pena atenuada.

Así se hizo. Directamente se dio paso al alegato del fiscal Alejandro Cabrera, un pormenorizado recorrido por todas las evidencias en contra del acusado que terminó con el pedido de 16 años de prisión.

El abogado que representa a las dos hijas de la víctima, Pedro Rossi Jaume (hijo) compartió esa solicitud de condena que queda a mitad de camino entre los 8 años es el mínimo que puede aplicarse por el homicidio con uso de arma de fuego, y el máximo que trepa a 25.

El defensor de Mario pidió que se lo condene a 10 años y 6 meses porque se trató de un hecho pasional, Mario estaba enamorado y no podía aceptar que la mujer que fue su pareja durante diez años terminara trabajando en un cabaret.

Ahora todo habia terminado para Mario, se podrirìa varios años en la carcel o la droga lo consumiria antes. Se alejo entre pasos cortos mientras la camaras explosionaban en flashes y cuyas fotos del juicio sin duda se reproduciarian en los diarios al dìa siguiente. Se perdiò apretujando lo ùnico que le quedaba de Alicia, una foto pequeña, una imagen que la llevarìa como quien venera un santo, refugiada ahora entre sus manos.

La salida

Ha pasado 8 años, milagrosamente Mario ha logrado despojarse del vicio y ahora espera la ansiada libertad para rehacer de nuevo su vida. Aún lleva la foto de Alicia aunque los recuerdos lo siguen perturbando en sueños. Hace poco conocio a una agradable dama, parece que la felicidad ha vuelto de nuevo al corazòn de Mario, la mujer es hermosa y curiosamente tambien se llama Alicia.

Lo ùltimo que se supo de Mario es que se le viò dirigiendose a la casa de su nueva novia, llevaba consigo un arma en una mano y en la otra la foto de ella, mientras se le escuchaba repetir sin descanzo " te amo Alicia, perdoname".


* Translation of this letter in English click here



 

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