Empecé a sospechar que podría estar embarazada porque tenía un retraso de 1 semana, esto fue la cuarta semana de noviembre y quise esperar un poco más porque iba a empezar exámenes finales, pero no podía concentrarme, así que para el primero de diciembre me llené de valor y fui a hacerme una prueba a un laboratorio. Me sentía incómoda pero muy tranquila, creí que sólo era el estrés de los finales y el hecho de que mi novio y yo habíamos decidido separarnos después de 3 años y medio de estar juntos. Las cosas no habían estado bien así que lo último que necesitaba era estar embarazada. Hablé con él y le dije de mis dudas.
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El 6 de diciembre fuimos por los resultados y fueron positivos: tenía 4 semanas de embarazo. Cuando lo vi no lo asimilé en ese momento, no podía ser real, ¿cómo podía estarme pasando algo así?, durante 4 años había tenido relaciones sexuales y siempre supe cuidarme bien, ¿qué había pasado? ¿por qué me estaba pasando? Nunca creí posible algo así. Armando y yo habíamos hablado varias veces de qué pasaría si yo quedara embarazada un día. Él siempre estuvo de acuerdo en el aborto.
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El día que me dieron los resultados, Armando y yo hablamos, o más bien él dijo: "Es claro lo que debemos hacer", yo dije que sí, pero no estaba segura. El 9 de diciembre fuimos al doctor, una prima de Armando lo conocía desde hace tiempo. El procedimiento iba a ser con un medicamento llamado Cytotec cuyo componente principal es el Misoprostol. El medicamento es utilizado para tratar úlceras y el procedimiento para realizar el aborto era colocar vaginalmente 2 pastillas, tomar 2 más en ese momento y 1 cada 8 hrs. hasta que iniciara el sangrado; iba a sentirfuertes cólicos e iba a sangrar por 1 semana aproximadamente. El Cytotec costó $850 con 20 pastillas y el doctor nos cobró $1,200 aproximadamente.
No sangré, tenía 3 días tomando pastillas pero no pasaba nada. Volví al doctor el 13 de diciembre para que me colocaran las pastillas vaginalmente pero a una profundidad mayor que la primera vez. El procedimiento fue el mismo: colocar dos pastillas y tomar una cada 8 hrs. Esta vez empecé a sangrar pero muy poco, algunas gotas al día.
Al ver el poco éxito de este segundo procedimiento volvimos al doctor. Sabía que esta vez iba a ser doloroso el procedimiento por lo que le pedí a Armando que entrara conmigo, yo tenía mucho miedo. En esta ocasión las pastillas las colocaron directamente en mi útero sentí un dolor horrible pero lo único que pensaba era "Por fin va a terminar esto, debo aguantar".
Los síntomas de embarazo para este momento ya eran mayores, dolor de pecho, vómito en las mañanas, ascos todo el día.Pero... ¿qué crees?... No volvió a funcionar. ¿Qué estaba pasando? Me habían dicho que era muy sencillo y que en un par de semanas todo habría terminado.
Mientras todo esto pasaba yo evitaba pensar en el tema, casi nunca estaba en casa con la esperanza de que no notaran mis síntomas, ¿qué pasaría si mi familia se enterara? Mi padre dejaría de darme dinero, adiós universidad, adiós a todo.El 19 de diciembre volvimos a ir, era mi cuarta visita a ese consultorio y ya estaba cansada de no ver resultados. El procedimiento fue igual que la vez anterior. Armando parado a mi lado tomando mi mano, por fin esto iba a acabar.
Ese día cuando regresé a mi casa mil ideas vinieron a mi mente, creo que por primera vez pensé en lo que hacía: Había un ser vivo en mi cuerpo, mi primer hijo, quizá la primera nieta de la familia de Armando, quizá la niña que tanto me encantaría tener. Esa tarde dudé en seguir con el aborto: Si no se había dado era por algo, quizá debía nacer, podría ser alguien importante, hacer un cambio en el mundo o simplemente en la vida de las personas que la rodearían.
En ese momento decidí tener a mi hija (yo creo que habría sido una niña). Así que armé un plan, iba a ocultarlo el mayor tiempo posible para poder juntar dinero y tener a mi hija en un lugar bonito; debía buscar un trabajo, ya iba a tener más tiempo porque mi padre seguro iba a dejar de pagarme la escuela cuando se enterara; tendría que buscar una carrera abierta en alguna escuela pública porque no podía quedarme solo con la prepa.
Pasaron los días mientras yo seguía dándole vueltas a lo del bebé. Llegó Navidad y ese día note que me había salido una roncha. El doctor creyó que era por el estrés así que no le di importancia. El sangrado fue poco pero constante por más de dos semanas así que existía la posibilidad de que se hubiera realizado el aborto, había tomado cuarenta pastillas a lo largo del tratamiento. Pensé que no podía seguir embarazada, así que el siguiente paso fue hacerme un ultrasonido.
El doctor empezó a hacerme el ultrasonido. Yo sólo veía al techo, no quería voltear. El producto seguía implantado y lo estaba profundamente; también notó que tenía un quiste en el ovario izquierdo. Me mostró el producto con su proto-corazón, sólo lo vi por un momento. ¿Cómo podía seguir ahí? ¿Qué había hecho mal? ¡Seguí todos los pasos del doctor! Al día siguiente recogí los resultados y fui con el doctor. Armando no pudo ir o no quiso, a esas alturas no sabía bien que pensaba él. Me acompañó la prima de Armando, Isabel, la misma que había hecho el contacto con el doctor.
Tenía un quiste casi del mismo tamaño que el producto; era de 3 cm. de diámetro. El tratamiento no había funcionado porque el quiste produce una hormona que anula el misoprostol y el mismo quiste provocaba que el producto estuviera un poco más implantado de lo normal.
Armando consiguió un doctor que me haría una limpieza uterina, es algo entre una AMEU y un legrado; todo se arregló para el 6 de enero, sería en una clínica y nos costaría $5,000. Inventé una tonta historia para salir de casa ese día. Llegamos como a las 10:30 a la clínica, me pusieron suero y una bata, esperamos a la anestesióloga, no sé cuanto tiempo tardó, me olvide de todo en cuanto entré. Armando me dijo que sería con anestesia parcial, sólo de la cintura para abajo, algo similar a una epidural. Ni una sola vez, estando en esa cama, pensé en lo que iba a pasar.
Llegó la anestesióloga; pase al quirófano, inyectaron algo en el suero y el brazo empezó a dolerme. No acabe de decir "Me duele el brazo" cuando me quedé dormida, la anestesia no era local.
Todo terminó, no sé cuanto tiempo después. Desperté y me dolía mucho el abdomen, el único que estaba ahí era Armando. Me cambié a mi cama y no podía soltar su mano, no sé cómo pero estaba a mi lado abrazándome; sentí que sufría conmigo ese dolor tan fuerte que tenía, sabía que en verdad estaba conmigo, apoyándome.
Regresé a casa como a las 2 de la tarde. Todo había terminado, podía retomar el curso que tenía mi vida antes. Dormí toda la tarde, quitarme ese peso de encima era lo mejor que me había pasado, me relajé totalmente.
Por la noche llego mi madre había regresado a casa del trabajo, se sentó frente a mí y sin importarle que mi hermana escuchara me dijo: "Yo creo que hoy fuiste a hacerte un legrado"… ¡Quedé congelada! ¿Cómo se había enterado? Lo negué aunque fue absurdo hacerlo, ella justificó por qué creía eso y tenía razón.
Primero nos dijo irresponsables, a mi y a Armando, después pretendió castigarme con algunas limitaciones; también dijo que bastaba una vez hacer algo para poder volver a hacerlo y que ahora que había abortado se me haría muy fácil volver a hacerlo… No le conteste ni una sola cosa, no iba a hacer más grande el problema.
Ahora Armando y yo ya no estamos juntos, él no creyó que una situación así cambiaría mi vida. Lo que viví me hizo pensar en cómo estaba llevando la escuela, mis relaciones, etc. Iba a la universidad porque eso es lo que se debe hacer al salir de la preparatoria, tenía novio porque en algún momento debía tener una familia y aunque no estaba entregando todo en esa relación sabía que de cierto modo debía mantenerla, después de eso me di cuenta de que no podía desaprovechar la oportunidad que tenía al ir a la universidad, Armando en verdad me quería había soportado muchas groserías de mi parte, sentí que debía hacer las cosas bien y me di cuenta de que amaba a Armando, con nadie más podría haber vivido algo así y no quería empezar con nadie más una nueva relación.
Ahora pienso en qué pasará cuando me case, siempre creí que me casaría con Armando pero después de lo que hemos hablado dudo siquiera volver a verlo.
Me di cuenta de que el aborto es algo muy común, al menos en la ciudad de México, Isabel me lo dijo la primera o segunda vez que hablamos y no le creí. Las pastillas que usé, en diferentes farmacias las venden sueltas su precio es desde $20 hasta $40 y al buscar el doctor que realiza el procedimiento encontramos 2 opciones en menos de 24 hrs.
Antes de vivirlo me mantuve al margen del tema pero, ahora me gustaría mucho hacer algo para legalizarlo porque yo formo parte de las personas que pueden pagar un procedimiento seguro si encuentran un buen médico y no un carnicero.
Aún no sé el propósito de esto que viví, pero es parte de mi historia, y bien o mal quizas te sirva de algo.